Por lo general en los sistemas tradicionales, debido a la gran cantidad de materiales y el diferente personal que los maneja, la aplicación de sistemas de control de calidad es más difícil y requiere más tiempo. Además muchos de los materiales de construcción carecen de control de calidad, lo que hace que el producto final, la vivienda, carezca de buena calidad. Por el contrario, el hormigón es fabricado en plantas de hormigonado especializadas, lo que garantiza la resistencia y durabilidad del mismo.
La experiencia de muchos promotores al subcontratar las diferentes partidas de obra ha sido la mayor parte de las veces negativa al haberles fallado algún subcontratista de la cadena, con el consiguiente retraso para todos los demás, que al no cumplirse la fecha en la que tenían que entrar en la obra, han tenido que entrar en otra obra retrasando así el comienzo de esa primera obra y retrasando a los que vienen detrás de ellos y así sucesivamente. Así por ejemplo el retraso de un estructurista o de una empresa de tabiquería en un mes, puede tener un “efecto mariposa”, retrasando el ciclo total de la obra hasta 6 meses dependiendo de la complejidad de la misma.
Con el sistema de construcción de viviendas de hormigón armado in-situ, al tener mejor definidos el programa de obra y el proceso constructivo hay un control más elevado de contratas y oficios.
Al eliminar un número significativo de materiales y personal se puede aplicar un mayor control de calidad. Por ejemplo, el proceso de vertido de hormigón se hace de una vez y al mismo tiempo hormigonando monolíticamente forjado y muros (cerramiento exterior y tabiquería interior), mientras que en el sistema tradicional se necesitaría un mayor número de personal y materiales y, por tanto, es difícil garantizar una calidad uniforme.
Al modularse toda la vivienda con encofrados, las escuadras, niveles y aplomados son prácticamente perfectos. Como consecuencia, el alicatado y demás terminaciones son más regulares apreciándose una mayor calidad de acabados de la vivienda.
En general, las viviendas de hormigón son mejores hogares, de más alta calidad en todos los sentidos. Esto reduce el número de llamadas de postventa, lo cual aparte de ahorrar mucho tiempo y recursos en el servicio de postventa le permite centrarse en su negocio y aumentar su prestigio como promotor.